martes, 23 de noviembre de 2010

LA LLAVE DE LA IMPACIENCIA

" LA LLAVE DE LA IMPACIENCIA "
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Alejandra vivía en una casa en las afueras de Nueva York. Estaba por firmar un contrato muy importante con una empresa que le aseguraba su futuro, y había trabajado todo el fin de semana en ese contrato para que todo llegara a buen  término. Ese día, como lo hacía habitualmente, despidió a sus hijos y a su esposo- que se iban a realizar sus tareas diarias-, agarró sus cosas y salió.

Cuando salió, se dio cuenta que se había olvidado el contrato dentro de la casa. Se dió la vuelta para abrir la puerta, y se dió cuenta que se habia dejado las llaves dentro. El contrato y las llaves habían quedado dentro de la casa.- Desesperada porque no podía hacer firmar el contrato, empezó a forzar la puerta para ver si podía entrar.

Estaba angustiada, ya que había trabajado durante años  para llegar a ese momento, y ahora una puerta le interrumpía el paso.- Yntentó forzar la puerta, hacer palanca...Y no tuvo éxito. Tampoco había ninguna ventana abierta por donde entrar. Entonces empezó a gritar. LLegó el cartero y le preguntó qué le pasaba. Alejandra le contó toda la historia.  El cartero, comenzó a ayudarla, pero no pudieron abrirla.

La puerta no cedía.- ¿ Y su marido ?, preguntó el cartero.- Mi marido está en otra ciudad y no tengo como encontrarlo. El cartero le preguntó si no tenía otra llave.- Sí, mi vecino- contestó Alejandra- pero tuvo la mala idea de irse un fin de semana fuera. El cartero le sugirió romper la puerta.  Alejandra le dijo que no era coveniente, ya  que ella debería irse y la casa quedaría abierta.

Entonces, el cartero le propuso ir a buscar a un cerrajero, pero Alejandra se opuso porque necesitaba abrir la puerta en ese mismo instante. Volvió a patear la puerta, pero no pudo abrirla. Resignado el cartero le dijo que lo lamentaba mucho, le dió una carta y se fue. Cuando el cartero se fue, Alejandra volvió a patear la puerta, pero no se abrió.  LLoró desesperada ante la imposibilidad.

Alejandra se sentó en el escalón de la puerta de entrada y abrió la carta que le había dejado el cartero. Era de su hermana. Alejandra se emocionó. La hermana le contaba en la carta lo bien que lo había pasado el fin de semana con su familia.  "Te escribo esta carta para decirte que me sentí muy cómoda con tu familia... pero  también para pedirte disculpas.  Cuando estuve en tu casa, un día llegué más temprano y como no podía entrar le pedí la llave a tu vecino.  Y en un descuido me olvidé de devolvertela. Dentro del sobre te envío la llave que me dejó tu vecino."

" MORALEJA "
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La historia de nuestra vida tiene que ver  con la historia de Alejandra: hasta cuando vamos a golpear las puertas, hasta cuando vamos a seguir llorando por aquellas  puertas que no se abren. Tenemos que empezar a confiar que la llave va a venir a nosotros si dejamos de golpear. A veces nos empecinamos en golpear puertas y tomamos esa puerta cerrada como una gran frustación. ¿ Por qué aguardar con impaciencia las cosas?. Ellas vendrán y vendrán a tiempo. La impaciencia es la ruina del fuerte.

2 comentarios:

  1. Olá Antónia Rodriguez,

    Mais um conto de encantar com uma moral que nos leva a meditar no quão frágeis são os Caminhos que percorremos.

    Pensamos ser donos dos passos que damos, com a certeza dos nossos propósitos, mas basta uma simples porta fechada, para nos travar os passos e nos levar a repensar nossos planos de Vida.

    E não adianta teimar num Caminho que não é o nosso, devemos.

    Uma breve pausa na jornada, com a serenidade necessária, poderá muitas vezes trazer-nos outras soluções, outros Caminhos para que sigamos o nosso rumo.

    Com inquietude e impaciência não logramos ultrapassar essas portas que nos são fechadas, com propósito de nos levar a meditar naquilo que realmente precisamos para a nossa Vida.

    Um bom dia te desejo e que as portas não sejam dificeis de transpôr.

    Um abraço e até sempre,

    José Gonçalves

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  2. Hola Antonia, muy interesante tu relato, hay que tener paciencia todo llega a su debido tiempo. Besos

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A TODOS MIS SEGUIDORES Y VISITANTES, GRACIAS POR ESTAR AHÍ. UN ABRAZO, ANTONIA.