miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA NAVIDAD DEL PAVO

 
  
" LA NAVIDAD DEL PAVO "
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El mayor mal que puede sobrevenir a un pavo, es adquirir de pronto el don de la sabiduría.  Nuestro pavo, humildemente, determinó pedir a quien fuese más que él y que todos, que le hiciese, de la noche a la mañana, brotar talento. Su ruego se dirigió al Niño Jesús, que se veneraba en la casa cuyo corral habitaba el pavo.   Sabía que el Niño puede proteger al que le implora, era, además, tan lindo y gentil, que atraía y convidaba a pedirle favores.

Caída, pues, la cresta; entornando los ojos bajo azul membrana que los protegía, el pavo se acercó a la cuna.     Y el Niño jesús, recordando que Francisco, el de Asís, miró como a hermanos a los irracionales, sintió simpatía hacia la gallinácea destinada a saciar la glotonería de los humanos, y quiso atender a su súplica.   Más cuando supo lo que le pedía el pavo, la manezuela  regordeta que ya iba a bajarse concediendo, se alzó otra vez, y en el lenguaje del misterio, el Niño dijo al pavo:

-Pero¿ tú has pensado bien lo que solicitas ?- Como el pavo insistiese en su demanda, el Nene porfió. La inteligencia, para un pavo, era igual que la hermosura para una almeja: ¡don inútil, y tal vez funesto!  Más el pavo insistió: ¡ quería a toda costa aquella cualidad que tanto se alaba en el hombre!   Y entonces, Jesusín otorgó...

Sintió el pavo como si dentro de su cabeza se encediese una luz. Ysi bien nuestro héroe, con entendimiento y todo, no podía hablar, ni preguntar qué pasaría cuando la Navidad llegase, bien se le alcanzaba que cosa buena no podía ser para él. No; tenía que ser muy mala, muy cruel, muy terrible. Esta convicción se fortaleció cuando, al acercarse la anunciada época de Navidad, notó el pavo que a él y a sus compañeros les imponían un régimen extraordinario, inexplicable.

¿ A qué venía, tanto atracarles de bolitas de pan, y después, tanto introducirles barbaramente en el gañote nueces enteras con su cáscara, dura como gijarros, y progresando en el número hasta llegar a veinte diarias ?  Una mañana, cuando acababan de administrarle la vigésima nuez, entró una vecina, la cacharrera de al lado, y dijo a la señá Carmela:-¿ Tié usté un pavo listo ya ? ¿Bien cebadito ?Me ha encargao de buscarlo el cocinero del señor marqués...

-Aquí hay uno que parece un tocino...Mírelo usté, y tómelo al peso... Y cogiendo a nuestro héroe por las patas, a pesar de una desesperada  resistencia, sopló la mujer sobre el plumaje de los zancos, para hacer ver la piel estallante de grasa.-No parece malo- declaró la cacharrera.   A nuestro pavo se le había cubierto de lividez la cresta, el moco y las carúnculas; al dejarlo en tierra la señá Carmela, apenas podía tenerse en las patas.  Había comprendido perfectamente, puesto, que tenía la facultad de comprender.

Iban a venderle para degollarle y devorar sus restos. ¡Horrible destino!  Entonces conoció nuestro pavo por qué le decía el Niño Jesús, con su risa de hoyuelos en las mejillas: -Pero, ¿ tú sabes lo que pides?   Y revistiéndose nuevamente de humildad, logró entrar en la salita donde se alzaba la cuna, y su muda plegaria se elevó hasta la dulce imagen.  El niño ya sabía de lo que se trataba. -Ve en paz. No temas.

Se fue el pavo, cosolado, tranquilo, porque en él había surgido una fuerza admirable, un resorte desconocido, ¡la fe! ¡Y la fe es buena hasta para los pavos, y es más fuerte que el cuchillo y que el horror ! El  pavo no temía, puesto que el Niño le ordenaba que no temiese.  En medio de este vértigo, parecíale sufrir una transformación. Sus miembros perdían elasticidad. Poco a poco, en vez de pavo de carne, se convertía en pavo de cartón iluminado, muy bien modelado,sostenido en dos patitas de alambre.

Y oía exclamaciones de furor en la cocina.  El jefe colérico reñía al pinche.- A ver qué has hecho del pavo. So boba. ¡Lo has tomado y lo dejaste escapar!- Y casi al mismo tiempo, la docella gritaba:- ¡Habrase visto! ¡ Pues no se han traído aquí el pavito de Belen! ¡Vente, monin, que voy a llevarte a tu sitio! Momento después nuestro pavo, acartonado  completamente, inmóvil, reposaba al pie del Niño Dios, que entre sus pañales, bendecía alos pastores, y aceptaba los dones de los Reyes Magos.

Salvado del suplicio, salvado de que triturasen sus carnes dientes glotones, el pavo miraba con infinito reconocimiento al Infante divino. Encontraba que estar allí, a sus piecesillos, bajo el hálito pacifico del buey y de la mula; ser uno más en el sacro bestiario, era una suerte mejor que la de antes, una suerte feliz.

2 comentarios:

  1. Con mis mejores deseos, para esta Navidad y para todos los días de vuestra vida.
    Un beso.

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  2. Un saludo especial y un abrazo navideño que abarque a toda la familia y a los amigos que acompañan este blog.

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