"LA DIGNIDAD"
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Ahmad era un joven que profesaba la religión Sikh. Tenía venticinco años, pero su piel morena y su espesa barba le hacían parecer algo mayor. Hacía tantos años que su familia había abandonado su tierra natal, que él había adoptado ya muchas costumbres extrajeras y no solía faltar al Panyobi Cafe, donde britanicamente tomaba el te a las cinco de la tarde cada día.
Ahmad era un joven que profesaba la religión Sikh. Tenía venticinco años, pero su piel morena y su espesa barba le hacían parecer algo mayor. Hacía tantos años que su familia había abandonado su tierra natal, que él había adoptado ya muchas costumbres extrajeras y no solía faltar al Panyobi Cafe, donde britanicamente tomaba el te a las cinco de la tarde cada día.
Allí conoció a Rachel, de la que se enamoró en seguida. Cien veces le había declarado su amor y cien veces ella lo había rechazado. Su cortejo era tan enérgico, que Rachel ya creía depender del coqueteo de su te con Ahmad para tener una buena tarde. Sin embargo, la conversación siempre acababa más o menos igual: a ella no le gustaban los hombres con barba, según decía.
Ahmad le había explicado una y otra vez que su barba no era un capricho, pues en su religión era obligada y no le era dada la opción a quitársela: era parte de su dignidad, de su cultura, de su identidad y de sus creencias. Ella siempre se alejaba con una explosiva sonrisa.
Por fin una mañana, cansado de no conseguir nada más de aquella relación, compró una cuchilla de afeitar y se rasuró la cara. En un principio Rachel no lo reconoció y Ahmad se tuvo que colocar a corta distancia y mirarla fijamente para que reparase en su decisión. Entonces sacó un hermoso anillo de plara tallada y tomó su mano con delicadeza. Rachel, tremendamente sorprendida y algo molesta, retiró con impetú la mano y negando desconcertada le dijo:
No, no. No puedo aceptarlo. Si hubieses continuado con tus halagos un tiempo más, quién sabe si mi corazón se había rendido a tu tenacidad. Con el tiempo, podría haber aceptado tu barba. Lo que jamás aceptaré es a un hombre sin dignidad. Rachel salió por la puerta y jamás volvió a abrirla para entrar. Así fue como Ahmad perdió la barba, el norte y a la mujer que amaba, todo en un sólo día.
"MORALEJA"
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La dignidad es el respeto que una persona tiene de sí mismo y quien la tiene no puede hacer nada que lo vuelva despreciable a sus propios ojos. Es necesario conocer la diferencia entre el orgullo y dignidad, el orgullo se lleva con la honestidad interna y externa, la dignidad es un valor de respeto hacia uno mismo.
Bendita dignidad y el respeto hacia los demas. Que tengas un buen día. Besos.
ResponderEliminarEspero que tengas unas felices fiestas. Mis mejores deseos para el año que entra.
ResponderEliminarUn abrazo
El respeto a dignidad hacia los demás lo más importante. Feliz Navidad.
ResponderEliminarUn abrazo.