" LA TIENDA DE ANTIGUEDADES "
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En una tienda de antiguedades, había una pequeña caja olvidada en lo alto de la estantería. LLevaba allí años y años. Hasta que un día, haciendo limpieza, la caja cayó al suelo.
El dueño de la tienda no recordaba haberla visto nunca. Le quitaron toda la suciedad que tenía y pudieron ver que en la tapa estaba escrita esta frase: " La caja de los deseos".
La pusieron en el mostrador como curiosidad, para que los clientes que fueran a comprar algo, pidieran algún deseo. Entró un hombre a comprar una mesa antigua. Cuando iba a pagar, vió la caja, la abrió y pidió el deseo.- Quiero un coche nuevo estacionado delante de esta tienda. Pero como es natural, no se cumplió su deseo.
Otros clientes fueron entrando en la tienda y cada cual pedía su deseo: que si tener un collar de perlas, o un reloj de oro, o ser los más ricos del mundo. Tambien había quien pedía ser más guapo, o más alto, o no hacerse viejo nunca. Y los deseos seguían sin cumplirse. Hasta que un día entró un mendigo pidiendo un vaso de agua. El dueño se lo dio amablemente.
Cuando se lo terminó, se quedó mirando aquella caja. Le dijo al dueño si podía pedir un deseo antes de marcharse. Y éste contestó: - pues claro que sí hombre. De todos los que han entrado aquí, tú eres el que más necesidad tienes. A ver si a ti te hace caso esta caja.- Entonces, el mendigo la abrió diciendo: - Deseo un vaso de plata para el dueño de esta tienda. Cerró la caja y se marchó..
El dueño quedó muy sorprendido por aquel deseo. No era corriente desear cosas para los demás. Pero en fin, era un bonito detalle en agradecimiento por el vaso de agua ofrecido.. Sin embargo, cuando abrió la caja de los deseos, vio asombrado que en su interior se encontraba un vaso de plata como nunca había visto. El deseo se había cumplido.
Aquel mendigo le había dado las gracias de esa manera. "La caja de los deseos " había funcionado
Hola Antonia, siempre estamos pidiendo deseos que muchas veces no se cumplen, y eso pasa con la hitoria de tu relato, cuando menos piensas, es cuando se hace realidad, besos.
ResponderEliminarOlá Antónia Rodriguez,
ResponderEliminarMais um belo conto, mais uma bela Lição de Moral!
Quase sempre, pedimos sempre algo mais para nós.
Talvez movidos pelo ego do "ser"!
Os outros, normalmente, são secundários.
Mas sem eles, que seriamos nós?
Se ninguém aqui viesse apreciar e participar em teu blog como se justificaria a sua existência?
Falo do teu, poderia falar do meu, poderia falar de qualquer coisa e outra qualquer pessoa.
Sem os outros, pouco seremos mais que nada!
É a minha visão!
Um abraço e até sempre,
José Gonçalves
(Guimarães)